Prohibición de tomar mate
- yerbaymate
- 20 may 2021
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Un día como hoy, 20 de mayo, pero de 1616, el gobernador de Buenos Aires y Paraguay, Hernando Arias de Saavedra, publicó un bando en el que prohibía el uso de la yerba mate por considerarla “un vicio que favorece a los enamorados”.
Ordenó que “nadie en adelante fuese ni enviase indios a haber hierba a ninguna parte donde la haya, ni la traiga, ni traten ni contraten so pena de pérdida de ella, que se ha de quemar en la plaza pública”.
Hernandarias, según relata el historiador Ruiz Díaz de Guzmán en “Breve historia de etapas de conquista” (1612), fue de los primeros en observar que los guaraníes llevaban en unas pequeñas bolsas de cuero, llamadas guayacas, hojas de yerba mate triturada y tostada, a la que podían beber en infusión o mascar durante sus tareas cotidianas o en largas marchas.
El consumo de yerba mate fue considerado “sugestión clara del demonio” o “vicio abominable y sucio que es tomar algunas veces al día la yerba con gran cantidad de agua caliente” que “hace a los hombres holgazanes, que es total ruina de la tierra, y como es tan grande temo que no se podrá quitar si Dios no lo hace”. Incluso fue denunciado ante el Tribunal de la Santa Inquisición de Lima.
También impuso multas de 100 pesos a los españoles, o 100 azotes si eran aborígenes, a quien “la metiere o quisiese meter en la ciudad”.
Sin embargo, al también llamado por entonces “vicio que favorese (sic) a los enamorados” no era fácil de desterrar. «Todos los españoles, hombres y mujeres, y todos los indios beben esta yerba, y cuando no tienen con qué comprarla dan sus calzones y frazadas, cuando le falta desfallesen y dicen que no pueden vivir. Todos los indios la toman antes que amanesca y todas las veses que la tienen cuando trabajan, aunque no coman, con sola yerba se sustentan y se avivan las fuerzas para trabajar de nuevo”, reza una descripción de la época.
También se alegó que los hechiceros guaraníes aspiraban el polvo de las hojas de yerba como un narcótico que les permitía entrar en trance.
Por suerte, además de la población, finalmente la corona española rechazó la medida.

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